LA BIOÉTICA
El nacimiento de la bioética se le debe a Van Rensselaer Potter, un bioquímico norteamericano investigador de cáncer, quien en 1.971 escribió su libro "Un Puente Hacia el Futuro", como un intento de integrar las ciencias biológicas con las ciencias humanas, específicamente con la ética, o sea con el conocimiento de los valores humanos, para tratar de contrarrestar el marcado desfase que se ha dado en el desarrollo del hombre entre su esfera intelectual y espiritual. Posteriormente, en 1.988, escribió su segunda obra "Ética Global" y en 1.998 su tercer libro "Ética Profunda", desencadenando un movimiento mundial que ha tenido tan profundas repercusiones entre los filósofos y demás expertos que hoy día se considera a la bioética como la ética del siglo XXI. Más aún, numerosos expertos coinciden en que si la bioética fracasa en su propósito simplemente no habrá futuro para la humanidad. Esto ha dado lugar a un relanzamiento de la ética médica, enriquecida con nuevas formulaciones y principios de argumentación, en los que la competencia profesional y los datos obtenidos de la evidencia científica se convierten en requisitos básicos para la toma de decisiones morales. Precisamente esta confrontación y armonización de datos científicos y dilemas éticos distinguirá a la nueva Bioética de la clásica Deontología médica enunciada por Hipócrates ya en el siglo V a.C. Surge, por tanto, esta nueva área de conocimiento y de discusión, partiendo del legítimo pluralismo ideológico, como una necesidad de logros de acuerdos a nivel de la comunidad científica internacional, para asegurar el respeto a la vida humana y la dignidad personal en el ámbito de la investigación científica y el trabajo biomédico.
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